domingo, 26 de febrero de 2012

La huella ecológica


Este corto, tal vez, debería hacernos recapacitar sobre lo verdaderamente importante. ¿tanto hemos cambiado? 
Supongo que para quienes tenemos más de 40 años, estas imágenes nos resultan entrañables y cercanas

miércoles, 22 de febrero de 2012

22 de febrero, Día Internacional de la Igualdad Salarial


Brecha salarial entre mujeres y hombres 


Esta desigualdad salarial del 22%, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial con datos de 2009, es una cifra que se suma a la escasa presencia de las mujeres en los puestos de decisión de las grandes empresas. Al finalizar el último trimestre del año pasado, solamente el 11,5% de los consejeros en las empresas del Ibex-35 eran mujeres. Por el contrario, la Ley de Igualdad señala que este porcentaje debería ser de un 23% como mínimo.

lunes, 20 de febrero de 2012

Björk


Björk Guðmundsdóttir (Reykjavík, Islandia, 21 de noviembre de 1965) es una cantante, compositora, música y actriz islandesa.


Björk, excéntrica cantante, nació en el barrio de Oslin, Reykjavík. Su madre es Hildur Rúna Hauksdóttir, una reconocida ecologista en Islandia y su padre, Guðmundur Gunnarson, un electricista. Sus padres se separaron cuando Björk tenía dos años. Su padrastro, Svævar Árnason, guitarrista del grupo local Pops y conocido como “el Eric Clapton islandés”, la alentó a estudiar música y componer.


Fue una niña prodigio y empezó a cantar piezas del musical The Sound of Music (Sonrisas y lágrimas, La novicia rebelde) a la edad de tres años.

Biografía y discografía: http://www.bjorkonline.com/

Björk se distancia de los estándares establecidos: “Creo que actualmente hay mucha gente que confunde los términos. Para mí existe dos tipos de música: la que exige una atención por parte del oyente, y la que es simplemente un vehículo para bailar, practicar el sexo, o crear cierto ambiente en un aeropuerto o en un ascensor. La gente malinterpreta la música de baile, porque se ponen unos auriculares y la escuchan tranquilamente en casa. ¡Mierda! ¡eso no es así! La dance music (música bailable) es algo tribal: nació en África hace mil años y está destinada a las actuaciones y los clubes para que la gente baile por diez horas seguidas si hace falta. Escuchar música de baile en casa es como poner un disco de rock and roll en un funeral o una pieza de ambient en un concierto de rock. Es absurdo. Lo que yo hago no es realmente dance; pide una atención y es de uso doméstico más que para los clubes”


sábado, 18 de febrero de 2012

Cartel de la Exposición

Éste es el cartel para la Exposición  
Mujeres Creativas & Palabra de Mujer
La autora es la diseñadora gráfica, de Linares: 
Mª Jesús Sánchez García
magnífica profesional y mejor persona 
Desde aquí agradecemos su colaboración




domingo, 12 de febrero de 2012

Panel Exposición: Palabra de Mujer


Nos están llegando textos muy buenos, pero su temática no está relacionada con la mujer y os aclaro que para ese día es necesario que lo esté. Tendréis ocasión de mostrar el resto de vuestra obra en otros eventos que organicemos. Así que, como todavía tenéis tiempo, os animo a que escribáis algo relacionado, ya que lo que se conmemora es el Día Internacional de la Mujer

miércoles, 8 de febrero de 2012

Convocatorias

Hoy se han publicado las convocatorias de Talleres de Empleo, Casas de Oficio y Escuelas Taller, para la selección de personal docente y directivo en la provincia de Jaén. El plazo para presentar las solicitudes es corto, así que daos prisa

Consultad el siguiente enlace

jueves, 2 de febrero de 2012

Lo que quiero ahora

La Vanguardia-Magazine 19/01/12
Ángeles Caso

Lo que quiero ahora



Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.