La desigualdad de género produce pérdidas en la economía mundial
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EFE | Lima
Las mujeres son una fuerza productiva importante para el mercado mundial y la desigualdad de género no solo las afecta a ellas, sino que ocasiona pérdidas a los mercados internacionales, según dos informes presentados por el Banco Mundial (BM) en Lima.
“La igualdad de género produce beneficios económicos y de crecimiento fundamentales para los países que quieren desarrollarse”, señaló a Efe la española Ana Revenga, codirectora del “Informe Mundial Sobre Igualdad de Género y Desarrollo”.
Según el documento, las mujeres representan en la actualidad más del 40 % de la fuerza de trabajo mundial, el 43 % de la mano de obra agrícola y más de la mitad de la matrícula universitaria.
“Para que una economía aproveche todo su potencial, las habilidades y los talentos de las mujeres deben dedicarse a actividades que hagan un uso óptimo de esas capacidades”, propone el documento.
La investigación señala que al eliminar las barreras que impiden que las mujeres trabajen en determinadas ocupaciones se producirán efectos positivos, ya que se reducirán las diferencias de productividad entre los géneros y aumentaría la producción por trabajador entre un 3 y un 25 %, en distintos países.
El informe mundial se enfoca en cuatro políticas que permitirán reducir las disparidades de género: relacionadas al capital humano (mortalidad femenina y educación), al acceso de oportunidades económicas (ingresos y productividad), a la capacidad de que las mujeres puedan hacer oír su voz en la sociedad y a la limitación de la desigualdad entre generaciones.
En las últimas décadas, la esperanza de vida de la mujer ha mejorado y actualmente se encuentra en 77 años. Además, en los últimos 30 años se ha disminuido la mortalidad materna de 160 a 67 por cada 100.000 mujeres.
Asimismo, la tasa de fertilidad bajó a 2,3 niños por madre, desde la década de 1960, cuando ascendía a 6.
El Banco Mundial también presentó el informe “Trabajo y Familia: Mujeres de América Latina y el Caribe en busca de un nuevo equilibrio”, que señaló que existe la necesidad de una mayor flexibilidad en el mercado laboral formal que acompañe las necesidades de las trabajadoras.
“El mundo ha aceptado que no hay razón moral ni ética para tener discriminación en base al sexo; ha habido progresos para elegir, trabajar y defender sus derechos ante la ley”, dijo a Efe Augusto de la Torre, el director del informe, quien también es economista jefe del BM en Latinoamérica y el Caribe.
Por otro lado, Revenga consideró que la mujer tiene nuevas y mayores responsabilidades en la sociedad, aunque las normas sociales no han cambiado mucho. Incluso reconoció que en su equipo de trabajo se refleja la desigualdad en la distribución de tareas del hogar y el cuidado de los niños.
“La mujer se va acercando al hombre en número de horas trabajadas fuera del hogar, pero no reduce sus horas trabajadas dentro del hogar”, expresó Revenga.
Para la funcionaria del BM, otro aspecto fundamental son los modelos que tienen las jóvenes, que son una muestra de lo que pueden llegar a ser en el futuro.
“El que una mujer sea presidenta rompe una barrera muy importante porque demuestra la capacidad de la mujer de ocupar esa posición y además influye en el tipo de políticas que se están diseñando y, algo muy fundamental, influye en las aspiraciones de las futuras generaciones”, señaló Revenga.
Latinoamérica es pionera en muchos aspectos de mejora para las mujeres, según Revenga, pues a diferencia de algunos países desarrollados se ha contado con presidentas en Chile y Brasil.
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