martes, 22 de noviembre de 2011

Nieves Gómez

“La libertad para crear es algo esencialmente espiritual “ Nieves Gómez (Granada 20-02-1962)
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Mujer Creativa, Creadora y Emprendedora.

UNA PEQUEÑA MUESTRA DE SU OBRA












UNO DE SUS ESCRITOS

COMIENDO SOLA
Recordaba estos días, aquel tiempo en que el almuerzo a veces lo hacía en el colegio protestando con todas mis fuerzas, entre otras cosas porque se comía en silencio, mientras una compañera leía un pasaje de la vida de algún santo, casi siempre santa, teniendo en cuenta que el centro era de monjas y sólo de chicas. En aquellos entonces no me interesaba nada de aquello, tampoco me gustaba esa comida insípida servida en ralladísimos platos de duralex con bordes ondulados, ni la vida de la santa y mucho menos no poder “disparar palabra” con mis tres compañeras de mesa, a esa hora en que el día quedaba partido, después de una larga mañana de clases y alguna que otra hora de disciplinado estudio.
Ayer, sola en casa, delante de un buen plato de guiso, esos que empiezan a privar ahora que asoma el frío, me venían aquellas vivencias a la cabeza y al corazón cargadas de cariño, ahora, que con los años tengo la certeza que vivir es echar continuamente puentes sobre ríos que ya pasaron. Y divagando con cierta nostalgia, esbozaba medias sonrisas, por lo divertido que en aquel momento era tratar de burlar la vigilancia de una monjita buenaza para hablar de cualquier tontería por el prohibido placer de saltarnos las normas.
A estas alturas, si pudiera volver, probablemente comería callada escuchando la biografía de la santa, paradójicamente ahora me gusta leer esas vidas entregadas a una causa incomprensible para muchos, imprescindible para otros, desconocidas para tantos, y atendería con un silencio casi litúrgico, ese al que ya me he acostumbrado y del que en cierta medida me he ido enamorado poco a poco con el paso del tiempo.
Suelo comer sola la mayoría de los días, sin música, ni noticias de fondo, a veces, algunas veces, las menos, en la mano que me queda libre cojo algún semanal atrasado y le echo un vistazo dándole tregua al guiso para que enfrié un poco; las perrillas reposando a los lados y el pajarillo desde la cocina trinando son mi única compañía.
Ausencia de palabras….que después de rutinaria convivencia con comida, cama y vida compartida llegó a su fin, dando paso a momentos extraños en su comienzo, pero plenos con el paso de ese tiempo en el que llegada la noche y al momento de dar vuelta a la llave doblando el paso de la cerradura, se con certeza que nadie va a traspasar el umbral de mi casa quedándome sin más soliloquio que el reflejo de lo que el día pudo dar de si. Se también que me iré a dormir a la hora de siempre, abrazada a mi osito de peluche manoseando sus orejas hasta quedar rendida, se que las perras se me enroscaran entre las piernas y se que seré consciente un día más que el susurro de una respiración acunando la noche, es ya parte de un reciente a la vez que remotísimo y olvidado pasado.
A fuerza de ausencia he aprendido a mecerme sola, con la calmada delicadeza de una madre que armada de paciencia roba horas al sueño mientras la criatura, la suya, entra en el sopor de un mundo decoroso que apunta sin prisa al descanso. He asimilado tanto y a la vez tan poco, demasiado tal vez para lo que ahora me exige la vida, que hoy entiendo porqué el caprichoso azar me regaló tan dispares personajes para cargar una gran maleta sin ruedas de una extensa vida sentimental, con la que deambulé cuan feriante por el mundo, para sentirme tantas veces sola, en desayunos, almuerzos y cenas a pesar de que el amor entonces no se escribía con H.
Tantos días…tantas noches, madrugadas cuajadas de sueños tan prohibidos como perdidos, ahogándose en el sobresalto de un despertar, que tras inquieta pesadilla pone nombre a una ausencia que no vende su alma al diablo por un plato de lentejas y menos si estas tienen rejumbre a quemado.
…Y en las horas, en esas que de nuevo amanece para recibir al día abriendo la puerta con otras dos ciegas vueltas de llave sin que nadie aparezca; me ocupo con la bandeja del desayuno en una mano, en otra, la prensa que huele a tinta fresca, y por si acaso, miro de reojo sin querer queriendo, sin pensar pensando, mientras me inunda una extraña emoción gritando sin ruido, que me empieza a gustar demasiado comer sola…
Ese día, el que esta por llegar, el que en una ausencia plagada de ilusiones ya no me descoloca la inseguridad de aquel llanto dominguero con el que era capaz de llenar la bañera, espero sus manos golpeando tres veces la puerta que dejó abierta el candado de la indecisión, a sabiendas que hoy alguien quiere entrar despacio y sin hacer ruido, darme un beso en la frente meciéndome en sus brazos sin encender la luz para que no despierte…..
Los sueños llegan inesperados, tan ciertos y refrescantes como si acabasen de salir de un lienzo recién manchado, tan sutiles como un poema escrito al vuelo con prisa, por miedo a perder las palabras de ese amante dormido que ya no quiere saber de largos caminos y mucho menos de olvido…


fotografía... Nieves Gómez






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